
Uno no siempre necesita dormir para poder descansar. Solo un cambio de la rutina haciendo algo diferente puede traer descanso a cuerpo y alma. Entran en acción diferentes, y se empieza a relajarse. El trabajo diario es puesto a un lado y se toma tiempo para pensar más en Dios y sus bendiciones sentidas y vistas cada día. Uno puede entrenarse a sí mismo para relajar. Aun si no se puede acostar, uno puede ponerse frente a una ventana abierta o caminar al aire libre y tomar varias respiraciones profundas. Al hacer esto, tened pensamientos de gratitud hacia Dios por sus bendiciones, pedid su ayuda y bendiciones para los deberes del futuro. Creed que él ha escuchado las peticiones en silencio y agradecedle de antemano por la ayuda necesaria. Al hacer esto un sentido de reposo y calma llenara el corazón, un relajamiento tranquilo y genuino de espíritu vendrá sobre uno.
La actitud del correr diario, tan común en la civilización occidental, lleva a muchos a una depresión nerviosa. Sencillamente no se tomo suficiente tiempo para descansar. Pero tal patrón desbalanceado en el vivir, margina los pensamientos en Dios y la vida eterna. Y el desanimo y la desesperación empiezan a manifestarse.Una razón por la que tanta gente contrae el desplome nervioso es porque tratan de sobrepasarse y tener la supremacía, de modo que viajan por la vida a alta velocidad, sin el descanso adecuado, hasta que la maquinaria del cuerpo se quebranta bajo la carga. Más bien poned, poned a Jesús primero, a otros después y a uno mismo al último. Reenfocad la vida. Tómese tiempo para descansar. Salid afuera y siéntese en una silla solamente reposando. La paz mental no se adquiere al andar siempre a la carrera. Y siempre carrereando envuelve al cargar con los problemas del mañana y tratar de resolverlos hoy. Todo lo que Dios nos ha dado es solo un día a la vez. ¿Cómo lo usaremos? Lo que necesitamos es una nueva manera de vivir, una nueva clase de dia. Empiece el primero de lso días nuevos orando a Dios al levantarse por la mañana. Dad gracias por su ayuda, dedicad ese dia en especial. Pedid su ayuda y agradecedle por darla.Entonces abrase su palabra, la biblia y léasela. ¿Dónde se leera? En cualquier parte, pero, si se quiere empiece por la carta a los Efesios. Leedla lentamente y con meditación, no a la carrera como si fuera un libro regular.
Despues de tomar tiempo con Dios y su palabra mezclando la oración con la lectura, levantaos y empezad a realizar las tareas del dia, enviando continuamente oraciones silenciosas pequeñas de gratitud y peticiones. Haced lo posible para ayudara otros